Enero 2020. Nadie podía imaginar lo que nos deparaba el futuro.
Arnau y Silvia se preparaban para iniciar juntos un viaje que duraría un año, como voluntarios en distintos países alrededor de mundo. Primera parada Tanzania, para construir una granja de pollitos que permita a Children of Destiny Foundation tener ingresos con la venta de los mismos y ser autosuficientes.
Abril y Julia, se han tomado un año sabático antes de iniciar sus carreras universitarias para aprender idiomas y vivir la experiencia de ser voluntarias en los orfanatos de Tanzania.
Marzo 2019, disfrutando los 4 de la vida en Moshi se ven sorprendidos por una pandemia.. se cierran fronteras, todo son dudas, incertidumbre, miedos y sobre todo sueños troncados… han podido disfrutar menos de lo deseado, pero lo suficiente para haber marcado sus vidas y la de tantos pequeños. A principios de abril conseguimos tenerlos a todos de vuelta en casa, con grandes logros y un buen trabajo realizado.
Y aunque las cosas han seguido complicadas, los voluntarios tienen esa fuerza que hace mover montañas y que consiguen realidades.
En diciembre Andrea, en febrero Marta y en agosto Pau y Eric… todos ellos, sin miedos, con ganas de cambiar el mundo cogen unas pequeñas mochilas y viajan de nuevo a Tanzania. Andrea colabora con el hospital Saint Joseph por las mañanas y por las tardes atiende a los niños de Msamaria; Marta está en una escuela de Secundaria por la mañanas, toca la guitarra con los niños de Msamaria y entrena a vóley con unos chicos tanzanos que ha conocido; Eric y Pau realizaban un viaje de safari pero no han perdido la oportunidad de destinar parte de sus vacaciones a disfrutar también de los pequeños de Msamaria..
Todos ellos han dejado su granito de arena y mantienen la esperanza viva de las gentes de Tanzania que no les hemos abandonado, que seguimos ahí, aún y las adversidades son parte de nuestras familias.
ASANTE SANA a todos y a los voluntarios de otros años que siguen colaborando en la distancia.
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